Rafael Alberti (1902-1999)
• La libertad no la tienen los que no tienen su sed.
• Tú no te irás, mi amor, y si te fueras, aún yéndote, mi amor, jamás te irías.
• Ángeles buenos o malos, que no sé, te arrojaron a mi alma.
• Tiemblos de farolillos de verbena y músicas de los quioscos y encendidos árboles remontaban y súbitos diluvios de cometas veloces que vertían en sus ojos fugaces resplandores. Fue la más bella edad del corazón.
• Dejé por ti todo lo que era mío. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte.
• Fue cuando la flor del vino se moría en penumbra y dijeron que el mar la salvaría del sueño.
• Seriamente, en tus ojos era la mar dos niños que me espiaban, temerosos de lazos y palabras duras.
• Nunca escribió su sombra la figura de un hombre.
• Cuando tú, al mirarme en la nada, inventaste la primera palabra. Entonces, nuestro encuentro.
• Ciudades sin respuesta, ríos sin habla, cumbres sin ecos, mares mudos.
• Me marché con el puño cerrado. . . Vuelvo con la mano abierta.
• ¿Qué tienes, dime, Musa de mis cuarenta años? -Nostalgias de la tierra, de la mar y del colegio...
• Yo no quiero morir en tierra: me da un pánico terrible. A mí, que me encanta volar en avión y ver pasar las nubes, me gustaría que un día el aparato en el que viajo se perdiera y no volviera. Y que me hicieran un epitafio los ángeles. O el viento.
• La vida es como un limón, que te tiren a la mar exprimido y seco.
• La juventud es solo un momento, pero encierra una chispa que se lleva en el corazón para siempre.
• Solitario me encuentro cuando busco una mano y solo encuentro puños.
• Yo no quiero morir en tierra: me da un pánico terrible.
• Y el mar fue y le dio un nombre y un apellido el viento y las nubes un cuerpo y un alma el fuego.
• Y por desconocida las almas conocidas te mataron. No la mía.
• Alma en pena: el resplandor sin vida, tu derrota.
OTRO ENLACE DE INTERÉS DE RAFAEL ALBERTI
|
Nenhum comentário:
Postar um comentário