Gustavo Adolfo Bécquer poeta del románticismo (1836-1870)
• La soledad es muy hermosa…cuando se tiene junto a alguien a quien decírselo.
• El espectáculo de lo bello, en cualquier forma que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones.
• Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran; Mientras responda el labio suspirando al labio que suspira; Mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas; Mientras exista una mujer hermosa, ¡Habrá poesía!
• ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía…eres tú.
• No digáis que agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.
• El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.
• El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo.
• El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.
• El mundo es un absurdo animado que rueda en el vació para asombro de sus habitantes.
• En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna.
• El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo.
• La soledad es el imperio de la conciencia.
• Todo es mentira: la gloria, el oro. Lo que yo adoro sólo es verdad: ¡La Libertad!
• Como en cuna de nácar que empuja el mar y que acaricia el céfiro, dormir parecía al blando arrullo de sus labios entreabiertos.
• ¡Oh! Si las flores duermen, qué dulcísimo sueño.
• Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo.
• ¡Llora!, no te avergüences de confesar que me has querido un poco.
• Despierta ríes y al reír tus labios inquietos me parecen relámpagos de grana que serpean sobre un cielo de nieve.
• Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas.
• Dices que tienes corazón, y sólo lo dices porque sientes sus latidos; eso no es corazón..., es una máquina que al compás que se mueve hace ruido.
• Triste cosa es el sueño que llanto nos arranca, mas tengo en mi tristeza una alegría... ¡Sé que aún me quedan lágrimas!
OTRO ENLACE DE INTERÉS DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
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