Y pensé…
que la vida era breve,
bajo el otoñal del alba…
la brisa secaba mi rostro,
de confundidas lagrimas.
Es larga la vida…
cuando la crueldad,
endurece el alma.
Deseas con fervor la muerte,
más no se compadece de tu sufrir.
Un suspiro inyecta odio,
en mis entrañas,
las palabras se confunden,
en mi irritada garganta.
De una amarga desesperación,
de una batalla para sobrevivir,
al desprecio de una vida sin razón.
© 2010 Rosana Martí
Nenhum comentário:
Postar um comentário