Nació el 12 de mayo del 1924 en Estelí-Nicaragüa, pero creció en la ciudad de Santa Ana en el Salvador. En esta ciudad estudió la elementaría y secundaría. En 1943 Alegría se mudó a EE.UU. a estudiar en la Universidad George Washington. En 1948 se graduó con el diploma de licenciatura en filosofía y letras. Entre los años 1944 y 1947 tuvo como mentor a Juan Ramón Jiménez. Como escritora y poeta goza de fama internacional. Su obra ha sido traducida parcialmente a 14 idiomas y ha recibido varios premios internacionales, como el Casa de las Américas de Cuba en el año 1978 por su libro “Sobrevivo”. Su obra (poesía, novela y cuento) sigue las líneas de su época, busca la denuncia social y reivindica los derechos humanos con un lenguaje a veces antiliterario. Entre sus obras hay varias novelas históricas como “Somoza expediente cerrado” 1993 que habla de la vida del dictador nicaragüense Anastasio Somoza. Este libro y otros fueron escritos en colaboración con su esposo Flakoll.
POEMAS
Fue una pequeña muerte
tu partida.
Una muerte pequeña que me crece
cuando imagino
a veces que estás cerca
y me obstino en dar vueltas
por las calles
y regreso a mi casa
con la lluvia cayendo
y me asalta tu voz
en la noche sin horas.
Has entrado al otoño
me dijiste
y me sentí temblar
hoja encendida
que se aferra a su tallo
que se obstina
que es párpado amarillo
y luz de vela
danza de vida
y muerte
claridad suspendida
en el eterno instante
del presente.
Nunca más esta lluvia
ni esa mancha de luz
en el peñasco
ni el borde
de esa nube
ni tu inmóvil sonrisa
fugitiva.
Nunca más este instante
que ya me dice adiós
desde tus ojos.
DAME TU MANO
Dame tu mano
amor
no dejes que me hunda
en la tristeza
Ya mi cuerpo aprendió
el dolor de tu ausencia
y a pesar de los golpes
quiere seguir viviendo.
No te alejes amor
encuéntrame en el sueño
defiende tu memoria
mi memoria de ti
que no quiero extraviar.
Somos la voz
y el eco
el espejo
y el rostro
dame tu mano
espera
debo ajustar mi cuerpo
hasta alcanzarte.
Cuando el amor se aja
se marchitase te vuelve amarillo
no hay remedio
sólo te queda
la sonrisa.
Cuando te sientes sola
entre sus brazos
y tu piel es frontera
y no te brota el llanto
sólo te queda
la sonrisa.
Cuando te sientes sola
entre sus brazos
y tu piel es frontera
y no te brota el llanto
sólo te queda
la sonrisa.
Cuando el canto se oxida
y el paisaje
y todo lo vivido
es un espectro
tu único refugio
es la sonrisa:
ese muro cerrado
impenetrable
sin ayeres
sin hoy
y sin mañanas
donde todos los sueños
se hacen trizas.
Ya la ceiba no existe
derrumbaron mi ceiba
se hicieron añicos los espejos
eché a secar mi Río
y se escondió la luna.
Estoy vacía de deseos
mi espada
en su estuche de satén.
¿Por qué ahora
por qué
busca seducirme
la poesía?
Entró por la ventana
y se posó en mi mano
la miré con nostalgia
se entreabrieron mis labios
y con un leve soplo la alejé.
Qué lástima que duermas
y se interrumpa el diálogo
y no sientas mi beso
en tus ojos cerrados.
Qué lástima tu infancia
así truncada,
ese tiempo sin tiempo
a medio abrir
por el que ya empezaba
a vislumbrarte.
Mañana todo habrá cambiado:
otra vez hablándonos
de lejos
desde nuestras esquivas
soledades.
Qué lástima
los signos de mi amor,
mis apretados círculos
de miedo
que no sé si entendiste.
Quiero entrar a la muerte
con los ojos abiertos
abiertos los oídos
sin máscaras
sin miedo
sabiendo y no sabiendo
enfrentarme serena
a otras voces
a otros aires
a otros cauces
olvidar mis recuerdos
desprenderme
nacer de nuevo
intacta.
Quisiera creer
que te veré otra vez
que nuestro amor
florecerá de nuevo
quizá seas un átomo de luz
quizá apenas existan tus cenizas
quizá vuelvas
y yo seré cenizas
un átomo de luz
o estaré lejana.
No volverá a repetirse
nuestro amor.
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