Los hombres primitivos invocaban a las fuerzas de la naturaleza para que les fueran favorables. Si no llovía, cantaban a sus dioses para obtener lluvias, buenas cosechas y caza abundante. Las palabras debían transmitir la importancia del pedido. Para ello, algunas palabras o frases se repetían varias veces. Así se creaba un ritmo de música con las palabras. Este ritmo de música que despierta emociones y encierra un sentido que va más allá del significado corriente de las palabras, es característico de la poesía.
Ritmo y rima
El ritmo se consigue teniendo en cuenta donde se apoya la voz al pronunciar cada palabra, que es lo que llamamos acento. En toda palabra hay sílabas acentuadas y otras que no lo están. La forma de ordenarlas en cada frase crea ritmo. Este ritmo es tan importante que muchas veces los juegos infantiles hilvanan palabras sin significado pero con un ritmo que las vuelve agradables. Esto es habitual en todo el mundo y así, en algunas regiones los niños cantan “lero, lero, candelero…” en otras “una, do, li, tuá, de la li mentá” o “De tin, marín, de don, pingüé…”
Homero es el más antiguo de los poetas conocidos.
Cantó las hazañas de los griegos en la Iliada y la Odisea.
Cuando estos ritmos de acentos se agrupan, se forman los versos, la frase poética. Si los sonidos finales de los versos combinan entre si, se crea otro ritmo, que es la rima. En el famoso “ colorín, colorado, esta historia ha terminado”, “colorado” del primer verso rima con “ terminado” del segundo verso. La rima hace que la poesía resulte más musical.
Evolución de la poesía
En los tiempos antiguos de los griegos y de los romanos se usaban los versos para escribir sobre temas muy diferentes. Se narraban hazañas épicas, se hacían poesías que celebraban la victoria de los atletas, se escribía sobre la vida de los pastores…Otros poemas transmitían ideas filosóficas o científicas y algunas criticaban a la gente y a la sociedad. En esta poesía, más que rima, lo importante era la métrica o sea la posición de los acentos.
Durante muchos siglos se escribieron en latín tanto himnos y cantos como canciones profanas. Pero al pasar el tiempo adquirieron importancia las lenguas particulares de cada país: el francés, el castellano, el inglés, etc. Así surgió la poesía que escribían los trovadores para deleitar a las cortes señoriales. Allí recitaban poemas de versos cortos y ligeros, como los romances, que se acompañaban con música.
A finales de la Edad Media, en Italia, aparece un grupo de poetas que intentan crear un estilo nuevo. Escriben en su lengua nacional y se inspiran en los poetas antiguos griegos y romanos. Esto les llevará a rescatar la importancia del reino de los acentos en el verso. Se pone de moda entonces un tipo de poemas llamado “soneto”, dedicado a ensalzar una visión del amor humano o religioso que lo sitúa por encima de todas las cosas terrenales.
Dos grandes poetas marcan esta época. Uno de ellos es Dante que además de escribir unos sonetos muy bonitos a su amada Beatriz, compuso un poema muy largo llamado “la divina comedia”. En esta obra, Dante viaja por el infierno y el purgatorio guiado por Virgilio, un antiguo poeta romano, y luego por el cielo, guiado por Beatriz. El otro gran poeta es Petrarca, sobretodo por sus sonetos escritos en italiano que dedicó a su amada e inalcanzable Laura.
Paralelamente, la poesía religiosa se vuelve más íntima, como si alcanzara un contacto directo entre la persona y Dios. A estos poetas religiosos, como San Juan de la Cruz, se les llama “místicos”.
Don Juan Tenorio, de Zorrilla, es una de las más famosas
obras de teatro en verso.
Como reacción a este reinado de la razón, se va a dar luego cada vez más importancia al sentimiento. Surgen los románticos, que expresan en largos poemas sus pensamientos y emociones más íntimas. Para transmitir la fuerza de estas emociones romperán las reglas tradicionales de hacer versos y dejarán una gran libertad a su imaginación. También tomarán muy en cuenta los sonidos de letras y palabras para aumentar la musicalidad de los versos.
Por último, hacia esta misma época, cientos de poetas se interesan por las formas y los ritmos populares, sencillos y primitivos. La musicalidad de sus poemas se inspira en ritmo de canción y de baile. En América, Nicolás Guillén se apoyará en la tradición popular afrocubana, mientras que Federico García Lorca lo hará, en España, en el cante andaluz y gitano. Este retorno a la forma sencilla y primitiva es una de las tendencias de la poesía actual.
Como los antiguos trovadores, los cantautores actuales
componen canciones que ellos mismos interpretan.
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