segunda-feira, 21 de junho de 2010

Poemas José Saramago




Nació en Azinhaga (Portugal) el 16 de noviembre del 1922. De familia humilde con escasos recursos económicos, tuvo que dejar la escuela por falta de dinero en casa, y ponerse a trabajar para ayudar a sus padres, esto marcaría su vida y sus ideales. Antes de dedicarse a la literatura, trabajó de mecánico, cerrajero y editor. Poeta, novelista, dramaturgo, y periodista le han abalado durante todos estos años a conseguido grandes premios relevantes. En 1947 publicó su primera novela, "Tierra de pecado", ahora reeditada en Portugal por los 50 años de su publicación. Saramago es dueño de un mundo propio, minuciosamente creado, libro a libro, y su obra lleva muchos años situándolo en el primer plano literario de su país. Ya sus primeras publicaciones en prosa -"Manual de pintura y caligrafía" (1977) y "Alzado del suelo" (1980),- lo acreditan como un autor de indiscutible originalidad, por su controvertida visión de la historia y de la cultura. Consiguiendo el tan estimado Nobel en 1998 siendo el primer portugués en conseguir tan acreditado galardón. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía». No obstante, la celebridad y el reconocimiento a escala internacional le llegan con la aparición en 1982 de su ya legendaria novela "Memorial del convento", a la que siguió "El año de la muerte de Ricardo Reis". En esta última, su precisa y sentimental indagación del universo de Fernando Pessoa -a través de uno de sus heterónimos- se convierte casi de inmediato en una obra «de culto», que cruza todas las fronteras. El trabajo narrativo de José Saramago goza desde entonces de una admiración sin límites, que cada nuevo título va confirmando: "La balsa de piedra" (1986), "Historia del cerco de Lisboa" (1989), "El evangelio según Jesucristo" (1991), "Casi un objeto" (1994), "Viaje a Portugal" (1995) o "Ensayo sobre la ceguera" (1996). Todos estos textos -que suscitan tantos elogios como reñidos debates- consagran a José Saramago como una de las principales figuras de la literatura de este siglo. Su ultima novela, "Todos los nombres", ha figurado en las listas de los libros más vendidos desde su publicación durante el pasado mes de enero de 1998. En 1993 se traslada a vivir a la isla de Lanzarote (España), donde le sorprendió la muerte a la edad de 87 años, debido a una larga enfermedad.




POESÍA COMPLETA


TENGO EL ALMA QUEMADA



Tengo el alma quemada


por saliva de sapo,


fingiendo que descubro


tapo.


La palabra me infecta


bajo la piel de apariencia,


pongo remedio seguro


paciencia.


En esta mal no se vive


pero tampoco se muere,


cuando el ave no vuela


corre.


Quien no llega a las estrellas


las puede ver desde la tierra,


quien no tiene voz para el canto


berrea.



AGUA AZUL




Altos secretos dentro del agua se esconden


El reverso de la carne, cuerpo aún.


Como un puño cerrado o un bastón,


Abro el líquido azul, la espuma blanca,


Y por fondos de arena y madreperlas,


Bajo el velo sobre los ojos asombrados.


(En la medida del gesto, la anchura del mar


Y el nácar del suspiro que se enrosca.)


Viene la ola de lejos, y fue un espasmo,


Viene el salto en la piedra, otro grito:


Después el agua azul descubre las millas,


Mientras un largo y largo y blanco pez


Baja al fondo del mar donde nacen las islas.



ALLÁ EN EL CENTRO DEL MAR



Allá en el centro del mar,


allá en los confines


Donde nacen los vientos,


donde el sol


Sobre las aguas doradas se demora;


Allá en el espacio de fuentes y verdor,


De mansos animales, de tierra virgen,


Donde cantan las aves naturales:


Amor mío, mi isla descubierta,


Es de lejos, de la vida naufragada,


Que descanso en las playas de tu vientre,


Mientras lentamente las manos del viento,


Pasando sobre el pecho y las colinas,


Alzan olas de fuego en movimiento.




MÚSICA



Grave son de alegría, el violonchelo


Pasa lento en el alma, y en ella vibra:


Murmuremos entonces al cuerpo doble,


A las bocas y manos, a los desmayos,


A las secretas búsquedas que no temen


Ni vergüenza, ni dolor, ni la verdad:


Esto es amor, un arco de alegría


Sobre la cuerda tensa del orgasmo.




DOS PIEDRAS DE SAL



Dos piedras de sal en la pupila:


Los puños bien cerrados, apretando


Las agudas aristas de cristal;


Me viene sangre en el agua, mancha blanda,


Navegando en los ojos, mientras el grito


Golpea fuerte en los dientes que lo degüellan:


Al tiempo que la sonrisa me disfraza


El gruñido, la amenaza, el perro malo.




PROBABLEMENTE ALEGRÍA




En la isla a veces habitada de lo que somos,


hay noches, mañanas y madrugadas


en que no necesitamos morir.


En ese momento sabemos todo lo que fue y será.


El mundo se nos aparece explicado


definitivamente y entra en nosotros


una gran serenidad,


y se dicen las palabras que la significan.


Levantamos un puñado de tierra


y la apretamos en las manos.


Con dulzura.


Allí está toda la verdad soportable:


el contorno, la voluntad y los límites.


Podemos en ese momento decir


que somos libres, con la paz y con la sonrisa


de quien se reconoce y viajó alrededor


del mundo infatigable,


porque mordió el alma hasta sus huesos.


Liberemos sin apuro la tierra


donde ocurren milagros como el agua,


la piedra y la raíz.


Cada uno de nosotros es en este momento la vida.


Que eso nos baste.







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